Al hablar del siglo XXI nos estamos refiriendo al momento de mayor efervescencia del cambio político de los últimos 200 años, el que exige acomodarnos a nuevos “estados mentales” en evolución, los que abanderan niños y adolescentes. La cultura democrática, amén de su transformación escencial de un nuevo ser, trae acabalgada una cultura consumista perversa que ha trasformado la mente del hombre de la posmodernidad. Su “target” ha sido la niñez y la adolescencia y su manifestación más dramática está en la escuela. Métodos y técnicas educativas, hoy inoperantes, están en la actualidad divorciadas de las nuevas teorías que las acompañan. Todo esto genera choques con la realidad actual del estudiante del siglo XXI.
Dr. Guillermo Carvajal
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